jueves, 17 de marzo de 2011

Mas allá del tiempo

Gustave Caillebotte. Rue de Paris, temps de pluie. 1877


Al contrario de lo que piensa mucha gente, para mí, los días de lluvia siempre resultan reconfortantes. Y mucho más esta semana, pudiendo estar en casa disfrutando del fenómeno desde la ventana. Puede que los oriundos de tierras atlánticas no compartan con tanta alegría semejante afirmación. Sin embargo, desde mi perspectiva mediterránea, la visita de la borrasca aporta una nota de color a nuestra climatología sosegada.
Siempre he pensado que de haber sido ladrón de guante blanco, una de mis primeras "adquisiciones" sería el cuadro de Gustave Caillebotte titulado Rue de Paris; temps de pluie. Esta pintura, que forma parte de la colección permanente del Art Institute de Chicago, retrata las figuras de los paseantes protegidos bajo sus paraguas en la confluencia de la Rue de Tourin con la Rue de Moscou. Caillebotte refleja como pocos la atmósfera característica de estos días lluviosos. La de los cielos plomizos y las aceras brillantes.  Está claro que sin ocupar un lugar preferente entre los impresionistas, este pintor fue el que mejor supo reflejar la cotidianidad de sus contemporáneos. Y esta cotidianidad, a día de hoy, nos sigue pareciendo cercana.
Pero hay dos aspectos que me resultan especialmente atractivos y enigmáticos dentro de esta pintura: Por un lado, su precisa composición a base de horizontales y verticales a veces me hace pensar que quizás esconde alguna ecuación leonardesca a la espera que una mente superior la descubra. Pero lo que más me atrae es sin lugar a duda un detalle de la figura femenina en primer término. Si pudiéramos acercanos al lienzo observaríamos el brillo intenso de una perla que cuelga de su pendiente. Este detalle, apenas insignificante, siempre me ha llevado a recordar la famosa pintura de Vermeer. Y en mi fantasía, imagino que aquella joven anónima del siglo XV haya sido quizás el único ser privilegiado capaz de viajar mas allá del tiempo y que de vez en cuando se permite lanzarnos un guiño cómplice al resto de los mortales.

Johannes Vermeer. La chica de la perla. 1665
 

3 comentarios:

  1. Yo cuando estuve en Chicago pude ver este cuadro y de cerca es maravilloso, tenían muchas cosas de Gustave cuyo cuadro "los cuchilladores de parquet" es mi cuadro favorito de todos los tiempos y también estaba expuesto temporalmente. entre eso y que tenían estancias enteras con mobiliario (E incluso una casa entera!) de Lloyd-Wright lo recuerdo como un día feliz.

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  2. Gracias por esta entrada, cortapero densa de sustancia. Es un cuadro con tantos matices ,ademas de tramsportante a una epoca maravillosa.
    Saludos.Bss
    Isabel

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  3. Es cierto que la lluvia en ocasiones resulta reconfortante y creo que nos fortalece frente a la naturaleza (vivo en zona muy lluviosa).El cuadro me parece precioso. Al ver las parejas paseando, supongo que correspondan a un domingo. Es curioso, París me apasiona y cada vez que voy trato de disfrutar de todos los rincones, pero la última vez, me fijé en las personas que en el metro volvían del trabajo y se les veís agotados, ausentes y apagados, lo que me llevó a pensar que al final, hay ciertos patrones que se repiten en todas las grandes ciudades.
    s2!!

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