miércoles, 21 de marzo de 2012

Re-creaciones



Andaba yo por la sección de interiorismo de una conocida librería (no pienso hacerles publicidad) cuando me encuentro ante un libro titulado My Passion for Design firmado por la mismísima Barbra Streisand. El hecho es que semejante ejercicio de arte y ensayo me pareció de una megalomanía nada sorprendente, viniendo de quien viene. La señora de voz prodigiosa, comparte en esta edición a todo color, fotografías de su nueva residencia de California construida al “puro estilo americano”.
Como surgida de un capítulo de La casa de la pradera, la propiedad está formada por diversas construcciones que recrean desde la casita de la abuela al granero o el molino de agua. Todo este conjunto está rodeado por un pintoresco jardín con laguna artificial incluida y puente de piedra por donde la señora Streisand y su consorte, James Brolin (sí, el de la serie Hotel) disfrutan de los atardeceres californianos. En los bajos del la casa principal, se reproduce una main street americana donde uno puede entrar en diversas boutiques, con escaparate y todo, en las que te encuentras desde el cuarto de planchar de la chacha, la colección de vestidos de cine la señora, o una nada modesta sala de proyecciones.


El libro de la Streisand me hizo recordar el Petit Trianon de Versalles, donde la reina María Antonieta hizo construir en 1783 una bucólica aldea normanda constituida por once casitas que reproducían ámbitos denominados la Lechería de la Reina, el Molino, la casa de la Reina, el Billar, el Gabinete…Cuentan que, seguramente influenciada por las teorías de Rousseau,  la reina se vestía de campesina y salía a pastorear con un rebaño de ovejas para disfrutar de “la vida campestre”.
Volviendo al tema que me ocupa, podría entender que entre las élites hollywoodienses tales caprichos constructivos no son una gran novedad – recordemos la mansión de Hearst que corona alguna colina de L.A. Sin embargo me resulta terriblemente curioso este afán “recreacionista” que se va repitiendo en diversos entornos, incluso épocas, y que se aproxima de forma irremediable a lo que algunos han calificado como estética kitsch.

El Molino de la Reina en los jardines de Versalles (1783).

Falsas ruinas del castillo de Lówenburg (Kassel, 1793).

Gruta wagneriana del castillo de Neuchwanstein

Piscina greco-romana en la Mansión Hearst (Los Ángeles, 1919)

Calle de Fantasyland en Disneyland (Anaheim, LA)

Hotel The Venetian (Las Vegas)

Basílica de Nuestra Señora de la Paz (Costa de Marfil)

Urbanización de Tianucheng (Shanghai)

Pistas cubiertas de esquí (Dubai)

El Ocean Dome (Japón)