sábado, 22 de junio de 2013

Vigor



Hace unas semanas se estrenaba en una sala de Madrid Vigor, documental dirigido por Diego Cortés y Alfoso Rivera entorno a la obsesión por el músculo y el cuerpo perfecto que se está volviendo cada vez más frecuente en un sector de la población masculina. Coincidía que por esas fechas varios medios de comunicación rescataban unas incendiarias declaraciones de Michael S. Jeffries, presidente de la firma Abercrombie & Fitch, entorno a los criterios de selección de los empleados de sus tiendas y de sus clientes potenciales: "Francamente, vamos tras los chicos cool, tras el chico atractivo con una gran actitud y un montón de amigos. ¿Somos excluyentes? Por supuesto. Las empresas con problemas tratan de dirigirse a todo el mundo: jóvenes, viejos, gordos, flacos. (...) Y así no se motiva a nadie". Y en efecto, la mayoría de dependientes de esta firma, actualmente en proceso de expansión, tienen el aspecto de un modelo publicitario y es frecuente encontrárselos trabajando a torso descubierto haciendo alarde de su perfecta anatomía.
 
Empleados de la firma norteamericana

David Gandy, top-model masculino
Que el atractivo sexual vende es una verdad incuestionable. La semana pasada el top-model David Gandy visitaba la capital española para promocionar la nueva campaña de la fragancia de Dolce & Gabbana a la cual presta su imagen. Y cuentan que el todo Madrid acudió al evento intentando hacerse con una codiciada instantánea en compañía de tan hercúleo varón. Lo que me llamó la atención es que, en un alarde de sentido común, el modelo relativizara lo que muchos denominan su "belleza natural" reconociendo que esta, en gran medida, es debida a duras y rigurosas jornadas de entrenamiento muscular.
Porque al contrario de las mujeres, los patrones de belleza masculinos no han variado sustancialmente a lo largo de los tiempos. Ya en la Grecia clásica, estos se encontraban pautados con una minuciosidad matemática a partir de los cánones escultóricos puntuales establecidos por los artistas del momento. Costumbre que sería rescatada en el Renacimiento y ya prolongada hasta nuestros días.
Pero lo que en un momento fue considerado justamente un ideal, una pauta a la hora de representar icónicamente valores tan abstractos como el heroísmo o la divinidad, ha adquirido a día de hoy tintes de cotidianidad impensables. A la comunidad masculina,  parecería que quisieran imponernos una condición física excepcionalmente atlética como algo natural y por lo tanto, fácilmente abarcable. Lo cual, no deja de ser una gran falacia que aún así a muchos, entre los que me incluyo, nos tiene sumidos a la rigurosa dictadura del gimnasio.
 
El Doríforo (años 450 a.C.), canon de belleza clásica


Desnudo académico de Jacques-Louis David (1780)


El hombre forzudo, atracción circense de principios de siglo


Male Nude. Robert Mapplethorpe (Años 80)


La publicidad de los 80 comenzó a hacer uso del "hombre objeto"

Una de las primeras campañas de Calvin Klein

Arnold, un míster Olimpia convertido en estrella de Hollywood

Patrick Bateman, el narcisista personaje de la novela American Psycho.

Los músculos también forman parte del universo infantil

La firma Bikkembergs, siempre ligada a la imagen deportiva

Campaña de Dolce & Gabbana protagonizada por futbolistas

David Beckham, paradigma de la metrosexualidad


Ryan Gosling o cómo no temer quitarse la camiseta en Hollywood


Henry Cavill, flamante Supermán posando para Men's Health

Macro-fiesta gay en los meses de verano


Concursantes de un reality show del canal MTV



El 4 de junio se estrenó Vigor en la Cineteca del Matadero de Madrid
 

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