lunes, 24 de enero de 2011

À rebours



Christina Hendricks (Joan Harris en Mad Men)


Joan es mi personaje favorito de Mad Men. Sus nalgas contoneándose por la oficina, el colorido de los vestidos y sus cabellos de fuego son un leif-motiv para la serie. En uno de los capítulos, alguien de Sterling-Cooper opinaba que las tipologías de mujer se reducían a dos: las Marilyn Monroe y las Jackie Kennedy. Entonces, al contemplar aparecer a la secretaria, esta persona señalaba una clara excepción: Marilyn era “una Joan”.
Ciertamente, el personaje que interpreta Christina Hendricks va mucho más allá del estereotipo de la rubia ingenua. Si de algo no podría presumir la secretaria sería de ingenuidad. Porque en mi opinión, Joan destila inteligencia a raudales. Y el color de sus cabellos no pasa inadvertido. Tal y como apuntaba en el post “De morenas y rubias”, tradicionalmente las mujeres de cabellera rojiza eran representadas como símbolo de rebeldía y temperamento. Y Hollywood ha dado buena cuenta de ello. En un breve recorrido podemos ver que de una forma y otra, estas mujeres nunca nos dejaban indiferentes.  Las pelirrojas en la gran pantalla, incluso en su versión más cándida,  transmitían una fuerza interior diferente al resto de sus compañeras. Parece como si jugaran en una liga independiente. Con sus propias normas y a contracorriente.
Katherine Hepburn asumió a la perfección el rol de mujer independiente. A esta la siguieron, Susan Hayward, Rhonda Fleming o Arlene Dahl, que más allá de sus cualidades interpretativas, transmitían una fuerza increíble a través de la mirada. Otras destacaron por una aparente frialdad. Y del cine actual, yo haría una especial mención a las interpretaciones extremas de Isabelle Huppert o a Julianne Moore que puntualmente nos regala actuaciones inolvidables. 



















miércoles, 12 de enero de 2011

En el reino de Shakespeare


Colin Firth como Jorge VI (El discurso del rey, 2010)


A pocos meses de la entrega de los Oscar, los primeros pronósticos apuntan hacia Colin Firth como el candidato con más posibilidades en la categoría de mejor actor. Siguiendo la estela Helen Mirren, multi-premiada por su papel en The Queen, el actor británico nos regala una magistral interpretación bajo la piel  de un tartamudo Jorge VI, progenitor de la actual reina. Este hecho demuestra cómo las singulares vidas de los monarcas ingleses siempre han ofrecido increíbles posibilidades dramáticas. Y si no, que se lo pregunten a William Shakespeare. 
Mucho menos temerosos que otros súbditos europeos, los anglosajones han sabido acercarse, mediante la dramaturgia, a los vicios y virtudes de sus gobernantes, mostrándose éstos, completamente humanos por encima de la pompa que acompaña a la institución que representan. Y no deja de ser paradójico, que este acercamiento entre el pueblo y sus monarcas se produzca en un país cuya soberana sigue desplazándose en carroza de caballos.
Sin embargo, tampoco deberíamos olvidar que dentro del selecto grupo de intérpretes (mayoritariamente británicos) encargados en representar a los monarcas, algunos forman parte de una élite mucho más cercana, diría yo, a lo divino que a lo profano.


Helen Mirren es Isabel II (The Queen, 2006)


Judi Dench, la reina Victoria (Su majestad Mrs. Brown, 1997)


Emily Blunt (La reina Victoria, 2009)


Nigel Hawthorne es Jorge III (La locura del rey Jorge, 1994)


Alec Guinness como Carlos I (Cromwell, 1970)


Mr. Quentin Crisp como Isabel I (Orlando, 1992)


Judi Dench es Isabel I (Shakespeare in Love, 1998)


Bette Davis como Isabel I (El favorito de La Reina, 1955)


Cate Blanchett (Elizabeth, 1998)


Glenda Jackson, Isabel I junto a Vanessa Reedgrave (María, reina de Escocia, 1971)


Helena Bonham Carter (Lady Jane, 1986)


Richard Burton es Enrique VIII (Ana de los mil días, 1969)



Lawrence Olivier (Richard III, 1955)


Kenneth Branagh (Enrique V, 1989)


Peter O'Toole es Enrique II (El león en invierno, 1968)


Steven Waddington (Eduardo II, 1991)


Patrick McGoohan es Eduardo I (Braveheart, 1995)


El mejor Juan Sin Tierra (Robin Hood, 1973)


Sean Connery es Ricardo Corazón de León (Robin Hood, príncipe de los ladrones. 1991)
 

martes, 4 de enero de 2011

Como el buen vino


En la niñez de este 2011 que apenas iniciamos, descubrí en V Magazine un maravilloso artículo protagonizado por las veteranas Sigourney Weaver, Susan Sarandon y Jane Fonda. Unas páginas más adelante, Charlotte Rampling posaba con increíble profesionalidad para Willy Vanderperre, mientras que otra sección de la revista dedicaba un amplio reportaje fotográfico a las top-models de antaño, demostrando todas ellas no haber perdido un ápice de atractivo.
De repente, me vino a la cabeza el animado desfile de Tom Ford para su nueva colección de mujer primavera-verano. En él, las jóvenes modelos compartían protagonismo con mujeres de la talla de Lauren Hutton, Marisa Berenson o Ali McGraw. Todas ellas desfilaron destilando una espontánea feminidad sin importar la edad que tuvieran. El mismo diseñador texano, firmaba para Vogue France un reportaje de joyas protagonizado por una encendida pareja con edades próximas a los setenta.
Muchos pensarán que estos elogios a la madurez son fruto de una moda pasajera. Sin embargo, yo prefiero embargarme de esa ingenuidad que siempre provocan los inicios de año, para vislumbrar, aunque sea a lo lejos, un fin de la dictadura de lo joven a favor de unos nuevos tiempos donde la edad ya no resulte determinante a la hora de valorar el atractivo de cada individuo.












Y para celebrarlo, invito al lector a disfrutar de la cautivadora presencia de Julie Christie en uno de los mejores episodios de la desigual New York, I love you (2009) dirigido por Shekhar Kapur.