martes, 6 de septiembre de 2011

Teoría del genio



A Vivien Leigh no le gustaban sus manos. Las consideraba extremadamente grandes y procuraba ocultarlas bajo sus guantes -llegaría a tener 150 pares- o luciendo enormes sortijas que distrajeran la atención. Hace un tiempo publicaban en el blog Cool Frenesie un magnífico retrato en el que se podía comprobar que el paso del tiempo no había sido especialmente generoso sobre su bello rostro. La imagen resultaba conmovedora sabiendo que al poco tiempo la actriz moriría de tuberculosis a la temprana edad de 53 años.
La mujer que cedió su imagen a Scarlett O’Hara apenas participaría en una veintena de películas porque su verdadera vocación se encontraba en los escenarios teatrales. Aún así, una importante parte de sus apariciones en la gran pantalla a hoy en día nos resultan memorables. Esta actriz británica acusaba de una inestable salud mental, por lo que frecuentemente debía recurrir a temibles terapias de electroshock para sobrellevar sus recaídas maníaco-depresivas. En la mayoría de las ocasiones el origen de la genialidad se encuentra justamente en los temperamentos difíciles. Ya en su día, Giorgio Vasari describía el carácter colérico de Miguel Ángel en su biografía sobre el artista.
La genialidad de Vivien Leigh la descubrí por primera vez en la escena de Lo que el viento se llevó (1939) donde la heroína sureña desesperada ante la parsimonia de su criada Prissy, la fulminaba con la mirada. Hoy en día, semejante secuencia resultaría políticamente incorrecta, pero en su momento debo reconocer que me maravilló. Descubrí más tarde que aquella mirada llameante adquiría matices trágicos en otra de sus interpretaciones más celebradas, la Blanche DuBois de Un tranvía llamado Deseo (1951), dirigida por Elia Kazan. Y parece ser, que el genio de la actriz en ocasiones llegaba superar la ficción. Contaba Alexander Walker en su biografía sobre la actriz, que en una secuencia de El barco de los locos (1965) donde su personaje golpeaba a Lee Marvin con la punta del tacón, ésta lo hizo con tal energía que realmente terminó provocando heridas en el rostro de su compañero.






Miguel Ángel cuando estaba furioso aventaba las pesadas herramientas contra sus ayudantes desde lo alto de la Capilla Sixtina. Un referente más cercano, lo encontramos en Dinah Washington. Leí que esta magnífica cantante de jazz llegaba a tirar los instrumentos musicales sobre las cabezas de su orquesta. No pretendo justificar la violencia ni las malas maneras, pero hay veces que en casos como los citados resulta imposible no caer en la condescendencia para celebrar el(mal) genio.

Fernando Fernán Gómez otro gran cómico de (mal) genio.


5 comentarios:

  1. La vida de Vivien fue absolutamente inquietante, en todos los aspectos. Es raro que todavía nadie se haya atrevido a filmar su vida.

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  2. Qué actriz actual piensas que podría hacer su papel?

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  3. uff que difícil, ahora mismo me quedo en blanco, pero supongo que buscando se encontraría alguna candidata.

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  4. Podría ser, hay cierto parecido físico. Aunque no he visto demasiadas pelis de ella y como actriz no la podría juzgar ahora mismo.

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