martes, 21 de junio de 2011

We Love Debbie



Con toda la pena de su corazón, pero con los bolsillos llenos, Debbie Reynolds ha sacado a subasta parte de su colección de 5.000 prendas que forman ya parte de la historia de Hollywood. Desde que en 1970 la MGM empezó a liberar sus almacenes, la actriz se ocupó de adquirir un extenso repertorio de prendas con la intención de crear un futuro museo. Sin embargo, tras varias negociaciones infructuosas, se ha visto finalmente en la necesidad de dispersar su colección.
Sólo hay que echar un vistazo al catálogo de Profiles in History (http://www.profilesinhistory.com/) para darse cuenta de la importancia de la colección. Uno de los lotes me llama especialmente la atención son las piezas lucidas por Elizabeth Taylor en Cleopatra. Especialmente sabiendo que la bella Elizabeth, que Yahvé la conserve en su Gloria,  se convirtió en la adúltera oficial de la meca del cine al arrebatarle el marido, Eddie Fisher, a su compañera de estudio. Ahora que lo pienso, resulta paradójico que la Taylor se convirtiera al judaísmo a patir de su matrimonio con Fisher. Pero volviendo al tema que nos ocupa, quisiera imaginarme con qué ojos observaría Debbie aquellos aderezos que en su día luciera su usurpadora.
El hecho es que a partir del día de hoy, unos afortunados anónimos tendrán el placer de disfrutar en sus vitrinas privadas objetos míticos como lo es el vestido blanco de Marilyn en La tentación vive arriba, las zapatillas de rubíes de Dorothy de El mago de Oz o el entrañable bombín de Charlot. Es una pena que una colección tan importante vuelva a dispersarse hasta quedarse en el olvido. Por lo que a mí respecta, a partir de ahora conservaré un recuerdo diferente hacia esta mujer menuda por su sensibilidad hacia una labor pocas veces valorada como la de los diseñadores de vestuario.

























 



































2 comentarios:

  1. Ahora que veo la foto de los zapatos de Dorothy del Mago de Oz, recuerdo que se conservanban cuatro pares de zapatos usados en el rodaje de la película y de los cuales ninguno estaba en posesión del museo de Judy Garland, un poco irónico no?

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  2. Bueno, normalmente los estudios eran los propietarios del vestuario y no el actor que lo lucía.

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