A mi parecer, uno de los acontecimientos estrella
de la temporada londinense está siendo sin lugar a dudas la exposición del Victoria
& Albert Museum centrada en el vestuario mítico de las películas de
Hollywood. Más de cien vestidos hacen un recorrido por los títulos más célebres
del séptimo arte homenajeando así a la importante labor de un sinfín de
maestros que contribuyeron de forma muy importante a alimentar el aura dorada
que envuelve todo el mundo cinematográfico.
Desde que el cine es cine, y especialmente
durante la época dorada de Hollywood, la perfecta maquinaria generadora de
mitos en la que se habían convertido los estudios cinematográficos, contó con la
inestimable labor de diseñadores de vestuario que en muchos casos desde la
sombra se encargaban de enaltecer las fulgurantes estrellas del nuevo universo
cinematográfico. Creadores como Bernard Newman, Gilbert Adrian, Irene Lentz, Edith
Head o Travis Banton entre otros, alimentaron con sus diseños la visión
glamourosa de los actores en los estudios. Seguramente siguiendo las premisas
marcadas desde el viejo continente, sus diseños no dejan de ser auténticas
creaciones que en muchos casos han sido injustamente ignoradas en los
compendios sobre historia de la moda. Los productores americanos eran tan
conscientes de la importancia de la imagen proyectada por sus estrellas, que Samuel Goldwyn contrató en 1931 por una suma millonaria a la mismísima
Gabrielle Chanel para que viajara dos veces al año a Los Ángeles a
diseñar para sus principales actrices.
Joan Crawford luciendo una creación de Adrian. |
Por otro lado, con el paso de los años, los
actores lograron liberarse del férreo control de los estudios, y su propia
voluntad se fue imponiendo hasta llegar a escoger ellos mismos a sus propios
diseñadores. En 1950, Marlene Dietrich al ser requerida por Alfred Hitchcock
para protagonizar Pánico en la escena
(Stage Fright) impuso su férrea
voluntad en que la casa Dior creara en exclusiva su vestuario con la famosa
frase “No Dior, no Dietrich”. Lo cual, por otra parte, complicó todavía más, la
tensa relación con su compañera de reparto Jane Wyman. Lo cierto es que el cine y la moda han creado más
de un tándem indisoluble, otro buen ejemplo lo encontramos en la pareja formada
por Audrey Hepburn y Hubert de Givenchy a los que les unió también una estrecha
relación de amistad.
Victoria Abril con un diseño de Gaultier para la película Kika. |
Esta relación entre los creadores de moda y el
mundo del cine se extiende hasta nuestros días. En ocasiones fruto de una mutua
admiración, como puede ser en el caso de Gaultier - Almodóvar, y en otros casos como una mera herramienta promocional. Y por otro lado, continúa siendo fundamental el trabajo
de increíbles diseñadores de vestuario contemporáneos como Gabriella Pescucci,
Ann Roth, Piero Tosi, Eiko Ishioka (recientemente fallecida) o Milena Canonero, entre otros, sin el cual innumerables películas perderían esa identidad visual que las fija en la memoria del espectador. Ojala exposiciones como la del V&A Museum contribuyan a ensalzar esta faceta
creativa tan significativa como indispensable.
Joan Fontaine popularizó la "rebeca", conocida por los fashionistas como twin-set. |
Barbarella vistiendo de Paco Rabanne |
Imagen promocional de la firma Tom Ford |
Publicidad de Giorgio Armani |
El vínculo cine-moda siempre estará vigente... |
Desfile Primavera/Verano 2013 de Ulyana Sergeenko, todo un homenaje a los diseños de Walter Plunkett para la heroína de Loque el viento se llevó (1939)
el cine es un gran escaparate de moda
ResponderEliminarun post muy interesante me quedo por aqui
te sigo por gfc
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